viernes, 9 de junio de 2017

Nuevas aventuras de Marsuf

Tomás Salvador. Nuevas aventuras de Marsuf.

III. Marsuf se tiende a escuchar crecer la hierba

Algo así pasó con el planeta Limia. Parece ser que el primer informe, decía simplemente: «Sólo tiene hierba». Existen indicios razonables para suponer que Marsuf leyó este informe y se sintió intrigado. O aludido.
Y no porque Marsuf gustara de la hierba al sentido de las vacas. No. Marsuf, pese a su tremendo dinamismo, era muy partidario de ejecutar al pie de la letra una metáfora muy corriente en la Tierra desde siglos anteriores.«Sentarse a escuchar crecer la hierba», es gandulear, dedicarse a la vida contemplativa. Tumbarse en un rincón a verlas venir.
Algo, la verdad, completamente inofensivo. Los males de este mundo vienen siempre por exceso de ambición. Los abúlicos, los contemplativos, no es que contribuyan mucho al progreso, pero tampoco lo estorban. Es más, la creación sale del ocio. Dejad a un hombre con talento tumbado sobre la hierba, con tiempo para pensar y os dará hermosas teorías. Y dadle tiempo a un poeta, sin apremios, y creará un bello poema. Pero como el mundo está mal acostumbrado, al que se tumba se le llama vago. Injusticia, digo yo.

Nuevas aventuras de Marsuf (1977)
Tomás Salvador

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