viernes, 11 de agosto de 2017

Epigramas

Carlos Díaz Dufoo Hijo. Epigramas.

Es humilde y laborioso. Cree que, a la larga, el discípulo es maestro. Representa, en el tiempo, la teoría baconiana del genio. En el espacio, el problema de Aquiles y la tortuga.

Lee con sabia lentitud, con exasperación dionisiaca, con alma de prosélito y con espíritu de enemigo. Lee de continuo para buscar complemento a su vida y para prolongar en ella sus lecturas.

Comenzó una vez y luego volvió a comenzar. Comenzó de nuevo, comenzó en mil ocasiones, comenzó siempre. Cuando otros llegaban él comenzaba. No llegó nunca. —Seguir no es la consecuencia de comenzar. Seguir es una obligada perspectiva humana. Se comienza dentro de sí, se sigue afuera.

Hizo muchos planes. No cumplió ninguno. Cada día era un nuevo fracaso, pero cada día era también una nueva aurora y un fuego imperecedero encendía cada día en él el deseo de las cosas perfectas que no se realizan. Un soplo eterno reanimaba, diariamente, la potencia intacta y estéril.

Epigramas (1927)
Carlos Díaz Dufoo Hijo 

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