lunes, 27 de noviembre de 2017

Más Platón y menos Prozac

Lou Marinoff. Más Platón y menos Prozac.

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La crítica más vehemente que se hace a quienes han ascendido hasta los cargos más elevados es que suelen olvidar de dónde vienen. El olvido constituye el mayor error: no sólo podría emplear su conocimiento para hacer mejor su actual trabajo, sino que también podría ganarse el auténtico respeto de quienes trabajan bajo sus órdenes. Y lo que es más importante, ese conocimiento nunca le permitirá olvidar que todos somos seres humanos, al margen del cargo que aparezca en su tarjeta de visita.
La mayoría hemos perdido el contacto con cualquier otro trabajo que no sea nuestra pequeña parcela laboral. No tenemos conocimiento sobre los trabajos de otras personas ni sobre los esfuerzos de otras personas. Sin embargo, dependemos del trabajo de los demás para todas nuestras necesidades. ¿Se ha parado a pensar de dónde salen esos tomates que hay en el supermercado en febrero? Esta desconexión es previsible en una sociedad globalizada altamente tecnológica, empezando por el punto más básico de que lo que consumimos cada vez tiene menos que ver con lo que producimos. 
El budismo Zen ofrece otra perspectiva sobre hacer el trabajo básico. El Zen enseña que el trabajo rutinario es un valor en y por sí mismo. Humillarse a sí mismo es una vía hacia la mejora personal en la tradición budista. Cualquier tarea que haga con sumo cuidado puede ser una poderosa forma de meditación. Por este motivo los retiros Zen incluyen el trabajo y la meditación. Ningún trabajo es servil. Lo que hacemos no es lo que somos.

Traducción de Borja Folch

Más Platón y menos Prozac (1999)
Lou Marinoff

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